Diferencias entre una vivienda nueva y una antigua

Todos nos hemos preguntado si tiene más valor comprar una vivienda nueva o una antigua, y cuando decimos antigua, es toda aquella construida hace más de 12 años. Y queremos decirte que hay grandes diferencias, las legislaciones en construcción de viviendas han cambiado mucho en los últimos años, y los últimos pisos construidos tienen muchas más cosas que versiones anteriores. Por eso te damos 5 razones para comprar una vivienda nueva.

Confort térmico: aislamiento de paredes.

La vivienda construida en el año 2018 es más confortable y le cuesta menos dinero en calefacción y refrigeración a su usuario. Todo ello gracias a que lleva en sus paredes exteriores exactamente el doble de aislamiento que una vivienda de hace 12 años.

La vivienda de 2018 es más confortable porque, gracias a que tiene más aislamiento, la temperatura en su interior es mucho más estable: las oscilaciones térmicas son menores.

No solamente eso: se elimina el efecto “pared fría”, que influye de modo determinante en la sensación térmica de la persona que está en casa. El efecto “pared fría” puede resumirse en que si las paredes de una habitación están a una temperatura menor en 10 grados a la temperatura del aire de la habitación es imposible sentir confort en esa habitación: siempre se sentirá un frío desagradable. Gracias al mayor aislamiento de las viviendas nuevas, se elimina el efecto “pared fría” y es más fácil sentirse a gusto en casa.

La vivienda de 2018 le cuesta menos dinero a su usuario porque tiene que invertir (y pagar) mucha menos energía en calentarla o en enfriarla, gracias a su mayor aislamiento térmico.

Confort térmico: ventanas.

Las ventanas de una vivienda de 2018 son del orden de 3 veces más aislantes que las de una vivienda de hace 12 años. El elemento más débil de una fachada, en cuanto a pérdidas de energía, es la ventana y por eso hay que elegirla con especial atención a su calidad y sus características.

Las ventanas de una vivienda de 2018 son mejores en todos los aspectos clave de la misma:

  • La perfilería de la ventana es mejor, porque siempre tiene “rotura del puente térmico”. La consecuencia de esto es que aunque haga mucho frío fuera, no se escapa energía por el perfil. Recordarás que las ventanas de aluminio de las viviendas de más de 12 años se llenan de gotas de agua por el interior, exactamente igual que una botella que acabas de sacar de la nevera: eso sucede porque el perfil está muy frío y se condensa agua sobre esa superficie fría. Eso nunca ocurrirá en la ventana de una vivienda de 2018.
  • El vidrio de la ventana es mejor, porque son siempre dobles y porque la cámara es más ancha y así proporciona mayor aislamiento térmico.
  • Las juntas de las ventanas son mejores, porque los sistemas de ajuste de las hojas de la ventana contra el marco son perfectos, virtualmente estancos. Con ello logramos que el aire caliente permanezca dentro de la habitación y no se escape (literalmente) por la ventana.

Confort térmico: la cubierta.

Habrás tenido la experiencia de subir a una vivienda de la última planta de un edificio un poco antiguo y morirte de frío en invierno o sudar la gota gorda en verano. Esto ocurre porque por la cubierta del edificio es la piel de la vivienda, lo que está en contacto con las inclemencias del tiempo, y en una última planta esa piel tiene mucha superficie: toda la cubierta, precisamente. Y si esa piel está mal aislada, el efecto es el que hemos descrito.

En una vivienda de 2018 se pone el doble de aislamiento en la cubierta que en una vivienda de más de 12 años de antigüedad. La consecuencia es que la sensación de confort será mayor y que gastarás menos energía en calentarla o en enfriarla.

Confort acústico: las separaciones con los vecinos.

Era habitual escuchar ruidos de los vecinos en una vivienda de más de 12 años. En una vivienda de 2018 se colocan más aislamientos acústicos  en paredes y suelos. Será así más difícil que oigas el molesto taconeo del vecino de arriba o la tele del vecino de al lado.

Conexión a internet en todas las estancias.

Las viviendas de 2018 se construyen preparadas para que instales y conectes un router en la caja de telecomunicaciones (al lado de la puerta de entrada), que te dará una conexión por cable de acceso a internet en cada una de las habitaciones y que te permitirá conectar en red los equipos que tengas en casa, y podrás evitar cables innecesarios por toda la casa.

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